70 minutos al día. Este es el tiempo medio que los jóvenes españoles dedican a las redes sociales. Podría parecer poco, pero las cifras alarman cuando hablamos de 36 horas mensuales. Casi una semana laboral es lo que invierten las personas de entre 16 y 24 años a X, Instagram, TikTok y otras redes cada treinta días.
Estos datos permiten hablar de una problemática compleja y de difícil solución. Esta es la opinión de María Hurtado, de AGS Psicólogos Las Rozas, que reconoce que en su consulta ya ha tratado varios casos de adicción a las redes sociales.
Profesionales de la salud mental como Hurtado son cautos a la hora de hablar de esta problemática. Obviamente, 70 minutos de dedicación al día no tienen por qué suponer un problema. Sin embargo, existen perfiles de Adicción a las redes sociales donde la inversión de tiempo y, sobre todo, el desplazamiento de otras tareas y obligaciones sí que es alarmante.
Según los especialistas del gabinete de Las Rozas, hay algunas pistas que permite diferenciar un enganche alto, pero controlado, de una adicción a las aplicaciones móviles de interacción:
¿Cuál es el principal motivo de esta adicción? La compensación instantánea que sienten estos usuarios: las redes sociales se han configurado como un bálsamo gratuito para la autoestima. A base de likes, comentarios y otro tipo de interacciones, los jóvenes se encuentran con una compensación emocional instantánea que les hace sentirse bien.
Tal y como explican los profesionales que han tratado a estas personas, un tuit con éxito de likes e interacciones puede llegar a liberar sustancias químicas en el cerebro del usuario que les genera un bienestar que crea esta adicción. Sin embargo, esta alegría no es real ni duradera. Y, además, aleja a los usuarios más enganchados de las compensaciones de la interacción real y de la complejidad que supone el trato de tú a tú con otras personas.
Por supuesto, esto también está relacionado con la pérdida de otros valores y capacidades como el nivel de atención, el desarrollo de habilidades sociales y la asunción de responsabilidades… Cosas que cada vez resultan más difíciles de encontrar en aquellos chicos y chicas que no sueltan el teléfono y las redes sociales en todo el día.
La ayuda psicológica es clave en este punto: un buen acompañamiento ayudará a nuestros jóvenes a relacionarse de una forma más sana con estas aplicaciones y sacar lo mejor de ellas sin, por esto, caer de nuevo en sus garras de una manera descontrolada.